Saltar la navegación

1.6 Fuentes de Información

Fuentes de Información

Una vez que se ha decidido sobre el tema a investigar, debe buscarse la información pertinente con el objeto de conocer  qué se ha hecho, quién, cómo, cuándo, dónde, por qué, etc., se ha hecho, para no repetir lo que está claramente investigado, para repetir los resultados que puedan estar dudosos y para realizar nuevas investigaciones o enfoques que aun no se han realizado.

Para esto, lo lógico es consultar a los expertos en el tema, si los hay, o a personas que puedan aportar información importante al respecto. Al mismo tiempo es necesario visitar las bibliotecas, en particular las especializadas, por ejemplo, las de física, ingeniería, salud, economía, arquitectura, biología, química, etc., y mejor si son sub-especializadas, como las de computación, astronomía, ganadería, epidemiología, botánica, etc. En esas bibliotecas se buscará en los ficheros, bases de datos, archivos, etc., los títulos de libros, revistas, y otros documentos que puedan contribuir con la investigación. Una vez ubicadas las referencias útiles, se procederá a revisar su contenido y seleccionar las que realmente sean convenientes al trabajo propuesto. 

A continuación se presentan las principales fuentes de información:

Fuentes Primarias

Se considera una fuente primaria  cuando la información que se presenta proviene directamente del autor o autores de la misma, es decir, de quien las ha generado. Esto no quiere decir que la información debe ser original, ya que en esta categoría se incluyen las revisiones (review) de temas, generalmente hechas por expertos en la materia, quienes leen analizan y critican la información más relevante sobre el tema y, por supuesto, añaden parte de sus conocimientos para aumentar o mejorar la información del material revisado.

Aquí se incluyen, en primer término, los libros (Textos, Tratados, Ensayos, Principios, Fundamentos, etc.), los artículos, revisiones, cartas al editor, editoriales, comentarios, biografías, etc., publicados en revistas. También se incluyen los boletines, tesis, trabajos de ascenso, manuales, guías, anuarios (generalmente públicos), la prensa, etc. Igualmente se incluyen cartas, faxes y cualquier otro documento personal, generalmente escrito (por excepción se pueden incluir comunicaciones verbales).

También se incluyen los libros o capítulos de libros (cuando los autores publican los capítulos por separado), los videos, casetes, disquetes, CD-ROM, DVD, internet, e-mail, la radio, la televisión, las bases de datos virtuales, films, etc.

Según la UNESCO, también están las “…revistas primarias que pueden denominarse también revistas de investigación y desarrollo, dando todos los detalles necesarios para poder comprobar la validez de los razonamientos del autor o repetir sus trabajos”.

Fuentes Secundarias

Las fuentes secundarias de información se refieren a aquellas donde la información es recogida o resumida, indizada, clasificada, catalogada, etc., y se dispone a través de las revistas y otras obras de referencia, o en catálogos, registros, índices, listados (check lists), alertas referenciales (generalmente bibliográficos), etc. De igual forma, los medios de divulgación pueden ser escritos (impresos), audio-visuales, digitales o informáticos. 

Fuentes Terciarias

Las fuentes terciarias de información son aquellas que seleccionan y compilan la información de las fuentes secundarias y a veces primarias, para disponerlas al usuario en forma de bases de datos, que pueden ser, como en los casos anteriores, por diversos medios físicos de difusión (impresos, audiovisuales, etc.).

Ejemplos de estas fuentes terciarias de información son LILACS (Literatura Latinoamericana en Ciencias de la Salud) desarrollado por la Biblioteca Regional de Medicina (BIREME), en Sao Paulo, Brasil; MEDLARS (Medical Literature Abstracts Retrival Systems) desarrollado por la National Library of Medicine (NLM) en Washington, EUA; EMBASE (Excerpta Medica Base) desarrollada por la firma holandesa Elsevier en Ámsterdam, que publica la fuente secundaria de información (en papel) Excerpta Medica, SCISEARCH (Science Citation Index Search) y Current Contents Search, desarrollados por la empresa Institute of Scientific Information, en Filadelfia, EUA; Biosys Previews (Biological Systems Previews) desarrollado en EUA; Biosis (Biological Information Services) desarrollado en Filadelfia, EUA; Ulrich’s International Periodical Directory, desarrollado en Nueva York, EUA; University Microfilms Inc.; Dissertation Abstracts International, Michigan Microfilms Inc. Desarrollado en EUA y muchos otros más. 

Fuentes Cuaternarias

Las fuentes cuaternarias de información son esencialmente sistemas informáticos, generalmente institucionales o comerciales, que permiten acceder (mediante subscripción pagada o gratis), por computadoras a las bases de datos, a los títulos, autores y, en algunos casos, a los resúmenes o a los artículos o libros completos (full text). Algunos ejemplos son: BRS, GTE TELNET, PAPERCHASE, SCRIB y muchos otros más. Hoy día, casi todas las empresas editoriales de libros y revistas (Elsevier, MacGraw-Hill, etc.) tienen sitios en la Web que fungen como fuentes cuaternarias de información (a veces primaria, secundaria y terciaria).

Igualmente, casi todas las agencias internacionales difunden información a través de las cuatro fuentes de información. ONU, UNESCO, FAO, OMS, PAHO/WHO (Washington), OPS/OMS (Caracas). Todas tienen sus sitios en internet. 

Veamos el uso de algunos de ellos:

Libros

Los libros han sido tradicionalmente (desde antes de la invención de la imprenta) el medio más usado para difundir y perpetuar el conocimiento humano. En el aspecto científico, principalmente, los libros tienen diferentes objetivos o usos, por ejemplo, los más elementales son aquellos referidos como bases para introducir al lector en el tema, materia o especialidad en cuestión.

En el nivel de educación secundaria y universitaria, pueden observarse los titulados “Elementos de … “, “Fundamentos de … “, “Introducción a … “, etc., que de una vez indican que se trata de un texto para iniciar al usuario en el tema. Estos libros podrán ser más o menos completos y complejos de acuerdo con la materia o especialidad en cuestión o al usuario al que van dirigidos. Así se pueden ver: “Elementos de Álgebra” para secundaria, “Introducción al Cálculo Infinitesimal” para universitarios, “Manual de Medicina General” para pregrado universitario, “Fundamentos de Neurocirugía Pediátrica” para postgraduados, etc. En el nivel de especialistas, los libros son de contenido más profundo y complejo, de acuerdo con los usuarios a quienes van dirigidos.

Generalmente los libros tienen información muy actualizada sobre el tema que tratan. Por otra parte, hay libros que a pesar de haber sido publicados hace mucho tiempo, incluso muchas décadas atrás, no pierden su importancia para la investigación, bien porque marcaron un hito científico que cambió la visión y perspectiva en su materia, o bien porque su información no ha sido superada. Actualmente; a estos libros se les llama “clásicos” y son fuente casi obligada de referencia en su especialidad.

Hoy día y debido al vasto cúmulo de información existente en materias científicas, es casi imposible que un solo autor escriba un texto o tratado sobre un tema, por lo cual las empresas editoriales han desarrollado el libro “editado”, lo cual quiere decir que le encomiendan a un experto sobre el tema del libro, que seleccione a diferentes autores (especialistas en su campo específico) para que cada uno escriba uno o más capítulos del libro. Esta persona a quien se le denomina Editor, tiene la responsabilidad de editar científicamente o técnicamente el libro, lo cual incluye seleccionar los autores y asignarles su tema, elegir la longitud de cada capítulo, dar un orden lógico a los capítulos dentro del texto, unificar el estilo de redacción, hacer las recomendaciones y ajustes necesarios en el texto, etc. En la mayoría de los casos, el Editor escribe el Preámbulo o la Introducción o uno o más de los capítulos del texto. 

Revistas

Las revistas de información científica por lo general son publicaciones en serie, es decir, de publicación continuada, de allí que deben incluir un número asignado por la institución internacional de normas de publicaciones que se denomina ISSN (International Standard Serial Number). Las revistas pueden ser periódicas, es decir, que son publicadas a intervalos de tiempo regular (anual, semestral, etc., hasta semanal, en algunos casos son diarios), o pueden ser esporádicas, es decir, que se publican sin un intervalo de tiempo regular prefijado, sino que pueden aparecer varios números en un año, incluso en una misma fecha, o pueden pasar varios años sin aparecer.

Uno de los mayores significados científicos de las revistas es la actualidad de la información suministrada. Esto se basa principalmente en su periodicidad y lo relativamente corto de los artículos, en comparación con los libros que requieren una laboriosa, ardua y larga preparación.

Las revistas son el medio de difusión del conocimiento humano, tanto científico como humanístico, preferido por los autores, especialmente cuando se trata de grandes hitos (en inglés: breakthrough) como el caso del transplante del corazón, la estructura del ADN, la clonación de mamíferos, el genoma humano, etc. Lógicamente no todos los días aparece un gran desarrollo científico, pero sí innumerables aportes con un rango muy amplio de importancia, originalidad y significado para la ciencia, es decir, unos que aportan muy poco y otros que aportan mucho.

Actualmente existen en el mundo varios miles de revistas científicas. Solamente en química hay más de doce mil, las relacionadas con biología pasan de treinta mil y las de biomedicina son más de ocho mil. Hay indicaciones de que existen aproximadamente unas 100,000 revistas científicas en el mundo, de las cuales unas 40,000 son de contenido médico. Se produce un millón (1,000,000) de artículos por año, es decir, unos 2,880 por día o 2 artículos cada minuto. Se considera que unas 100 revistas producen lo más importante de la investigación médica.

La pregunta obvia es ¿Tiene usted tiempo para leer esas 100 revistas? La respuesta obvia es: No. Por lo tanto muchas personas al igual que con los libros, apelan a los abstracts, reviews, etc.

Prensa

La prensa, tanto impresa como audiovisual, es fuente importante de información; sin embargo, debido a que por lo general la información es procesada por el periodista, quien no es el especialista del tema, la misma puede ser voluntaria o involuntariamente modificada, tergiversada o invertida totalmente. Aun la simple falta de una palabra o una sílaba, por ejemplo, las palabras “sí” y “no”, al eliminarse de una frase u oración invierten el sentido de la misma. Como los medios de comunicación no envían (por exigencias de tiempo) los manuscritos al especialista antes de publicar, este solo ve lo que sale en la prensa, radio o televisión, una vez publicado, con la posibilidad de que haya sido cambiado el contexto de la información. 

Cintas Magneticas y Videos

Las cintas magnéticas (casetes y videos) son fuente muy importante de información y cada vez se usa más. Tienen la ventaja de un libro o revista, ya que el casete se puede oír en cualquier lugar sin molestar a nadie (aparatos portátiles con audífonos) y el video se puede ver también en casi cualquier lugar que posea un reproductor. 

World Wide Web (www)

La informática ha revolucionado entre otras cosas, los sistemas de información, incluyendo los científicos. Así hoy día la mayoría de las grandes empresas editoriales tienen sus sitios en la “Web” (www = World Wide Web, Red de Amplitud Mundial), lo que facilita el acceso a las fuentes primarias por los usuarios. Se puede acceder desde solo el título de la revista o libro hasta todo el artículo o libro en original (Full text). Existe, por supuesto, una serie de normas comerciales y de ética para evitar abusos por parte de los usuarios. En todo caso, se recomienda usar solamente las fuentes primarias de información. Solo en casos donde es prácticamente imposible encontrar las referencias originales se podrá acudir a las fuentes de información secundaria o terciaria, pero nunca (es obvio) a las cuaternarias.